Pero también surcaban los aires los reptiles voladores, criaturas grotescas, cuyos grandes ejemplares tenían una envergadura de alas comparable a la de un planeador de nuestros días.Con todo resultó transcendental en la historia de la vida el instante en el que un animal singular se elevó en el aire en sus primeras intentonas de vuelo: el ave prehistórica Archae opterix. Ésta no utilizó alas membranosas, como hicieran los reptiles voladores antes que ella y los murciélagos después,sino algo totalmente inédito, un plumaje.Cómo llegó a tener plumas, continua siendo una incógnita.
Todo esto ya lo decía Frieder Sauer en su libro " Aves terrestres" Los zoólogos sufren pesadillas cuando piensan en este animal, dotado ya de plumas; plumas que todavía no eran utilizables para volar, pero que serían, generación tras generación, cada vez más adecuadas para sustentarse en el aire y para dar personalidad y colorido a cada uno de estos fantásticos alados.
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